El poeta, cuyos versos esenciales pueden leerse en una estupenda compilación a cargo de Jorge Reichmann para Galaxia Gutenberg, y el Nobel mantuvieron una amistad a lo largo desde una admiración mutua y un afecto profundo hasta el extremo de requerir proximidad física, tanto en Paris, donde fueron vecinos de inmueble, como en vacaciones, comprándose la familia de Albert una finca en el Vaucluse natal del bardo. Y es que, aunque es verdad eso de que el amor hay que regarlo todos los días, nunca está de más tener un detalle especial con esa persona que tanto quieres, que puede ser tu amigo, tu hermana, tu madre o tu pareja.