En las primeras 4 horas no habíamos recorrido ni una décima parte de nuestro itinerario y yo, muy asiduo a marearme, logré contener las ganas con concentración y la vista fija en el horizonte. De las 365 islas que conforman el archipiélago de San Blas -una para cada día del año-, equipacion de japon solo una décima parte esta habitada. Conversamos con el pastor evangélico de la isla, asistimos a la ceremonia religiosa llamada saila que celebran diariamente en su cabaña de actos, paseamos entre las cabañas que ocupan cada centímetro de tierra de esta minúscula isla, dormimos en hamacas acompañados por un Anibal vigilante y terminé -y mira que soy tímido- tocando la guitarra en el muelle rodeado de niños y con un cielo de estrellas como telón de fondo.