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Una vez instalado, me tomé un par de días de relax absoluto. En su lugar estaba esperando en el muelle Santiago (alias Taito), instructor de buceo oriundo de Cataluña con el que días después me sacaría el certificado de buceo hasta 18 metros. Desembarqué, recogí mi equipaje y fui en busca de Oier, pamplonica como yo y monitor de buceo en Utila que César, el chico con el que visité en Guatemala las ruinas de Tikal, camiseta de uruguay me había recomendado.